martes, 30 de agosto de 2011

NUTRICIÓN, EMBARAZO Y LACTANCIA


El buen estado nutricional de la madre  antes del embarazo es primordial en el  crecimiento y desarrollo del niño. El aumento de peso promedio es aprox. Entre 9 a 12 kg.
El feto contribuye aprox. Con 3500 g, la placenta, el líquido intersticial y el volumen sanguíneo añaden 1200 a 1800 g, el crecimiento mamario contribuye en 400 g,
1640 g representan tejido adiposo materno . Con el aumento de peso moderado se logra disminuir el riesgo de que el niño presente bajo peso al nacer.
Una nutrición materna inadecuada puede conllevar a la reducción permanente en el número de malformaciones fetales, por ello no se debe someter a la gestante a una restricción alimentaria intensa. Algunos aditivos e ingredientes artificiales pueden ser dañinos para el bebé e inclusive causar daños congénitos
Las Proteínas constituyen uno de los principales nutrientes para la gestante, las que aportan elementos para el crecimiento de los tejidos del cuerpo, incluyendo el crecimiento del bebé, la placenta, el incremento de los volúmenes de sangre u tejido amniótico.           
Una dieta rica en calcio es esencial para la adecuada formación de tejido óseo y dentario fetal. Consumir productos lácteos y suplementos de calcio diariamente
El ácido fólico ingeridos antes del embarazo y en las primeras semanas de gestación puede ayudar a prevenir defectos de nacimiento en el cerebro y la médula espinal. Una buena fuente de ácido fólico; vegetales verdes, pescado, naranja, melón
El hierro es necesario para los elementos sanguíneos de la madre y el niño. Aunque varios alimentos son buena fuente de hierro, como el hígado, las carnes rojas, frutas secas, frijoles, pasas, nueces, legumbres, etc la mayoría de las madres no consume lo suficiente para cubrir sus requerimientos incrementados durante el embarazo
Se recomienda tomar un suplemento de 30 mg durante el 2º y 3º trimestre
Beber entre 8 y 10 vasos de agua al día para mantenerse hidratada y evitar el estreñimiento.
En climas cálidos  y con actividad física incrementar la ingesta de líquidos. Esto incrementa la frecuencia de la micción  y evita infecciones urinarias.
Evitar bebidas gaseosas y cafeínas
Preferentemente tomar jugos de fruta sin azúcar
Disminuir el consumo de sal. Consumir más alimentos con fibra de tipo insoluble para evitar el estreñimiento como, cereales de grano entero, legumbres y menestras, frutas y verduras.


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